domingo, 24 de noviembre de 2024

El primer día del resto de tu vida

Dicen que hay magia en los nuevos comienzos, pero esta magia siempre da algo de vértigo. La página en blanco del inicio siempre aporta algo de inquietud y mucha esperanza. 

 Viene acompañada del miedo a las lenguas voraces que se empeñan en esconderse en el anonimato y también de la alegría de encontrarse con los lectores que te siguen desde hace ya la friolera de 14 años. Algunos se perdieron en el camino, pero otros muchos se sumaron a los ya existentes, esos que quedan desde el principio de los tiempos y que me agitan la gaseosa cuando falto a mi palabra de “seguir escribiendo”. 

 Una vez más abro la primera página de un nuevo experimento, pero sobre todo de mi auténtica medicina. Esa que necesito como el comer, para seguir viviendo. Para seguir describiendo los bellos momentos de felicidad, o para vomitar el más rastrero de los sinsabores, normalmente injusticias, que necesito escupir, porque en caso contrario, moriría con mi propio veneno, como buena escorpio que soy. Los que me conocéis, sabéis de lo que hablo. Los que no me conocéis ya lo iréis viendo. 

 Sirvan estas letras para romper el hielo. Que la página en blanco deje de serlo y daros la bienvenida de nuevo a este pequeño rincón de mi espacio al que, como siempre, ya sabéis que estáis invitados y donde siempre seréis bien recibidos. 

 Termina el 2024 y comienza un nuevo año con un libro en blanco por delante que entre todos nos encargaremos de rellenar, porque cada nuevo comienzo llega desde un final y porque cuando se cierra una puerta, el universo se abre de nuevo para darnos a elegir un nuevo camino… 

P. Moratilla
Alas para volar...

Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.